Todo juego tiene un truco, una alimaña para terminar ganando y en el juego de la política, todos los líderes juegan con la intención de gobernar aunque sea en el último momento.
Todo juego tiene un truco, una alimaña para terminar ganando y en el juego de la política, todos los líderes juegan con la intención de gobernar aunque sea en el último momento.
Del debate parlamentario del miércoles hemos sacado varias conclusiones. En la que todos coincidimos quizás sea en que si nadie lo remedia, las terceras elecciones son algo más que una remota probabilidad. Ello no creo que sea un problema ni para un Partido Popular que espera seguir creciendo en escaños, ni para un Psoe que no experimentó la caída que las encuestas vaticinaban.
El pasado 26 de junio se volvieron a repetir las elecciones generales en España. Y si algo quedó claro es que los españoles no quieren experimentos y prefieren “lo malo conocido que lo bueno por conocer”.
Iniciada la campaña electoral, los candidatos de los diferentes partidos políticos presentan estas elecciones como si de un referéndum/plebiscito se tratase y es que los ciudadanos tenemos que elegir entre continuismo vs. ruptura. La situación de una repetición de elecciones por la falta de acuerdo entre los principales partidos políticos, ha provocado que nuestra democracia se encuentre en la cuerda floja en la que o todo sigue igual o todo cambia, como diría Mercedes Sosa.