Siendo andaluza, y probando a diario, una dosis más que elevada de sol, terrazas, casas blancas y bares, altamente recomendada para la salud. Reconozco que más allá de esta tierra de olivos, viña, flamenco, trabajo y mar, mis viajes a Madrid son terapéuticos. Esa ciudad tiene un sex appeal demostrado, envuelto en unas ganas constantes de ir, incrementadas sólo por las ganas de volver.