La voz gitana pide paso en el malagueño patio de armas del Castillo de Gibralfaro. Viene en son de paz. No puede ser de otra manera porque la música de Esperanza Fernández, acostumbrada a cantar a Saramago o Blas Infante, ni sabe de guerras ni quiere más victorias que el aplauso de su público. Y eso, la sevillana lo tiene por adelantado en su visita al escenario del Terral Flamenco.